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Robert Murrel Stevenson, 1916-2012. In memoriam

Noticias SEdeM - 24 de diciembre de 2012

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Acaba de fallecer Robert M. Stevenson en su residencia de Los Ángeles, California, a los 96 años. Eran las 10:30 pm, hora local de anteanoche, 22 de diciembre. Desde hace unos tres meses se hallaba delicado de salud. Sus cenizas reposarán en Washington.

Robert Murrell Stevenson ha fallecido en la ciudad de Los Ángeles, California, a las 22:30, hora local, del 22 de diciembre de 2012, a los 96 años de edad. Descanse en paz. Cuando falleció su gran amigo el director de orquesta y musicólogo Nicolás Slonimsky el 25 de diciembre de 1995, a la edad de 101 años, también en Los Ángeles, me dijo que la Navidad era un buen día para irse de esta vida a reunirse con Dios, antes de perder las facultades intelectuales. Para el hombre de profundas convicciones cristianas, su fallecimiento al final del Adviento también habrá tenido especial significado.

Nacido en Melrose, Nuevo México (Estados Unidos) el 3 de julio de 1916, Robert Stevenson es mundialmente conocido sobre todo como musicólogo y como docente, pero también tiene una notable obra como compositor. En 1936 obtuvo el Bachelor of Arts en la Universidad de Texas en El Paso. Continuó sus estudios en la Juilliard Graduate School of Music, donde se graduó en 1938. Posteriormente estudió composición en la Universidad de Yale con David Stanley Smith, y musicología con Leo Schrade. Recibió el premio «Charles Ditson» en mayo de 1939. Los 2000 dólares del premio le permitieron tomar lecciones privadas en la Universidad de Harvard, en los años 1939-1940, con Igor Strawinsky en la cátedra «Charles Eliot Norton» de la Universidad de Yaye que él regentaba, y en Nueva York con Arthur Schnabel.

Terminados sus estudios musicales, Robert Stevenson inició una importante carrera como pianista y como compositor. El catálogo de obras conservadas en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, «Legado Robert Stevenson», da fe de su actividad como compositor. Algunas de sus composiciones consiguieron notable celebridad. En su debut como concertista de piano que tuvo lugar en el Town Hall de Nueva York, 5 de enero de 1942, el recital concluyó con su Divertimento y Sonatine después de interpretar obras de Bach, Mendelssohn, Chopin y Scriabin. Tras una pausa de tres años por su servicio militar obligatorio en el ejército de los Estados Unidos, volvió al Town Hall el 17 de marzo de 1947 para dar un concierto íntegro con obras originales suyas en el que intervinieron el Westminster Chorus de Princeton (New Jersey) y solistas vocales y de viola. De estos recitales en el Town Hall aparecieron reseñas en los periódicos más sobresalientes, New York Times, New York Herald Tribune y Musical America. Su suite para orquesta en tres movimientos, La Frontera, que había ganado el premio Joseph Bearns de la Universidad de Columbia, dotado con 900 dólares, fue estrenada por la New Haven Symphony Orchestra, bajo la dirección de David Stanley Smith, y seguidamente por la Rochester Symphony bajo la dirección de Howard Hanson, por la UCLA Orchestra bajo la dirección de Lukas Foss y por El Paso Symphony a cuyo fundador Dorrance Roderick (propietario y editor de El Paso Times, muy generoso amigo de Stevenson) estaba dedicada.

Aunque la obra más significativa de Stevenson para solo de instrumento y orquesta sigue siendo su Concierto para violín, él siempre ha preferido el clarinete en las diversas etapas de su carrera. El 28 de junio de 1962, Leopold Stokowski estrenó con la Philadelphia Symphony Orchestra sus Two Peruvian Preludes, de influencia étnica. Una revisión de los mismos, con el título de Tres Preludios Peruanos, fue dada en concierto por la Orquesta Sinfónica Nacional de México dirigida por Luis Herrera de la Fuente en la Ciudad de México, el 20 de julio de 1963. Su más reciente obra coral de gran escala, completada en 1987, es una Charter Day Cantata para coro mixto y orquesta. Su Cantata of Psalms fue publicada en 1992. La Frontera Suite obtuvo el premio nacional de composición Joseph M. Bearns y fue interpretada por orquestas dirigidas respectivamente por Lukas Foss, Howard Hanson, H. Arthur Brown y David Stanley Smith. El 18 de noviembre de 1952 la University Symphony Orchestra de la UCLA interpretó su Organ concerto.

Su voluntad férrea, acompañada de la buena salud de que ha gozado hasta el final de sus días, le ha llevado a dedicar muchas horas diarias a la práctica del piano, sin menoscabo de su actividad investigadora. Era costumbre suya iniciar con un breve recital de piano, con obras de Mendelsshon, Chopin, Schumann, etc, algunas de sus multitudinarias clases de música en la UCLA a la que asistían muchos deportistas universitarios, entre otros, jugadores del equipo «Los Angeles Lakers». Sus conciertos de piano han tenido como sede muchos auditorios a lo largo y ancho de la geografía americana. Entre los últimos ciclos de conciertos de Robert Stevenson podemos reseñar los celebrados en el Schönberg Hall Auditorium de Los Ángeles, los días 17 y 19 de octubre de 1999, y en el National Meeting de la AMS, el 4 de noviembre de 1999, dedicados a conmemorar el sesquicentenario de Chopin (1849-1999) bajo los títulos All-Chopin Recital y Chopin's Unique Gestures.

A falta de un estudio analítico más preciso de sus obras, que será necesario realizar en lo sucesivo, podríamos adelantar una primera y rápida impresión, la cual nos hace percibir en ellas una gran energía y un vigoroso contrapunto, derivados de su férrea y rica personalidad humana. El referido amigo de Robert Stevenson Nicolas Slonimsky, buen conocedor de su obra, escribe en el Baker's Biographical Dictionary of Musicians que sus composiciones «are marked by kinetic energy and set in vigorous and often acrid dissonnant counterpoint» (8ª ed., p. 1785). Al mismo tiempo cabría destacar en todas sus composiciones la perfección, la minuciosidad y el rigor con que ensambla los pasajes llenos de riqueza armónica, fruto, sin duda, de su extraordinaria formación académica y de su gran oficio como pianista. Todo lo cual hace de Stevenson un compositor difícil de encuadrar con una etiqueta, aunque el término más cercano bajo el que podríamos situar su música sería, quizá, el de neoclasicismo.

Como docente ha realizado una ingente labor en la Universiadad de California, Los Ángeles, UCLA. Entre las tesis dirigidas por Stevenson, a partir de 1989, podemos reseñar las de los musicólogos James Radomski (The Life and Works of Manuel del Pópulo Vicente García) 1992; Walter Aaron Clark (Spanish Music with a universal accent: Isaac Albéniz's opera Pepita Jiménez) 1992; y Esperanza Berrocal (Ricardo Viñes and the Diffusion of South American Piano Literature) 2002. Como investigador, sus trabajos sobre la música colonial americana en las iglesias catedrales, conventuales y en el teatro son indispensables para llevar a cabo cualquier investigación sobre estos temas. Ha realizado estudios en archivos de México, Guatemala, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile sacando a la luz numerosos documentos que han permitido conocer y analizar la historia de la música en América Latina y sus conexiones con la Península Ibérica. Sus investigaciones largas y precisas asimismo en los archivos españoles, notablemente en Sevilla y en Toledo, dieron como resultado, entre otras, obras definitivas en muchos aspectos: Spanish Cathedral Music in the Golden Age, edición aumentada y corregida por el autor en su edición castellana, La música en las catedrales españolas del Siglo de Oro, Madrid, 1992. Otros campos de la investigación musicológica también han sido objeto de su labor, todo lo cual se ve reflejado en un amplísimo número de publicaciones. Fue responsable de las secciones sobre música en el Handhook of Latin American Studies desde 1976 a 1998.

Su contribución a la música y músicos Iberoamericanos a través de libros, artículos y entradas en los más importantes diccionarios, enciclopedias y revistas especializadas ha sido esencial para darlos a conocer internacionalmente, fuera del ámbito de cada país. En 1978 creó, financiada y editada por él mismo, Inter-American Music Review, revista que aparece varias veces al año para difundir y dar noticia de las principales investigaciones sobre la música de Ibero-América. Se cuentan por centenares los artículos publicados en The New Grove Dictionary of Opera, The New Grove Dictionary, primera y segunda ediciones Macmillan 2001. New Catholic Enciclopedia, Enciclopédie des Musiques Sacrées, Enciclopedia de la Musica Ricordi, Enciclopedia de Referencia Católica, Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, New Oxford Companion to Music y Die Musik in Geschichte und Gegenwart (MGG), Simon Collier, ed. The Cambridge Encyclopedia of Latin America and Caribbean, 1992.

En el marco de la Sociedad Americana de Musicología, creó el Premio Robert M. Stevenson para recompensar una investigación excepcional sobre la Música Ibérica, creada o procedente de las culturas de España, Portugal y todas las áreas de Latinoamérica. Asimismo, dentro de la Universidad Católica de América de Washington, estableció un Premio de Musicología para el mejor estudio sobre la música Iberoamericana.

Robert M. Stevenson tuvo la generosidad de donar al Estado Español su legado archivístico y bibliográfico, para que se custodiara en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde actualmente se encuentra al servicio de los investigadores. En justa correspondencia, por disposición del Ministro de Educación y Cultura del 18 de junio de 1999, el Estado aceptó la voluntad del donante de ayudar a los estudiantes y estudiosos españoles e iberoamericanos de la música en la forma más conveniente. Por esta razón la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Fundación Carolina (Agencia Española de Cooperación Internacional), en colaboración con el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, han organizado y patrocinado anualmente el Curso de Musicología para la Protección y Difusión del Patrimonio Artístico Iberoamericano. Por su inmenso y generoso trabajo a favor de la música Española e Iberoamericana, en 1989 Stevenson recibió la Medalla de Plata de las Artes otorgada por el Ministerio de Cultura español. El Real Conservatorio otorgó, asimismo, a Robert Stevenson en 1997 su Medalla de Oro.

El Premio Anual «Robert Stevenson» está destinado a galardonar a los alumnos más destacados que se alojan en las Residencias Universitarias de la UCLA. En 2004 la Universidad de California concedió al Profesor Robert Stevenson el prestigioso Constantine Panunzio Destingued Emeriti Award 2003-2004 por su incomparable actividad dentro y fuera de la Universidad como profesor emérito, investigador, concertista, tras su jubilación en 1989. Este galardón fue instituido para premiar a aquellos profesores eméritos más sobresalientes de la Universidad de California en todos sus campus: Berkeley, Davis, Irvine, Los Angeles, Merced, Riverside, San Diego, San Francisco, Santa Barbara, Santa Cruz.

Robert M. Stevenson es un raro ejemplo de musicólogo que ha sabido compaginar la solidez de su docencia y el rigor de sus investigaciones con el virtuosismo de sus interpretaciones pianísticas, con su inspiración y oficio como compositor. Quienes hemos seguido durante años la brillante y generosa trayectoria de Robert Stevenson tenemos dificultad en comprender por qué su gran talla de intérprete y de compositor ha quedado, para muchos profesionales de la música que han opinado sobre él, oculta bajo la sombra proyectada por su inmenso trabajo como musicólogo. La respuesta a esta cuestión parece darla él mismo en unas breves frases reproducidas en la entrada que dan a su personalidad las últimas ediciones del Who's who in the World y reproducen Who's who in America, Who's who in the West, Who's who in Religion: «Mi misión ha sido la de rescatar el pasado musical de las Américas. Hoy en día los compositores están demasiado ocupados haciendo su propia música como para interesarse por la de sus predecesores. Como resultado, cada nueva generación de compositores piensa que ellos son los primeros en descubrir el Olimpo. Eso no es así. El pasado es una sucesión de glorias musicales y artísticas».

Quienes hemos sido amigos, admiradores y beneficiarios de su generosa sabiduría, sentimos muy de veras su ausencia.

Ismael Fernández de la Cuesta