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La edición de cuatro sinfonías del catalán Carlos Baguer contribuye a un mejor conocimiento de la obra sinfónica de los compositores españoles a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX y que aún permanece inédita en su mayor parte. Más de 150 composiciones se conservan de Carlos Baguer entre obras vocales religiosas y profanas y piezas instrumentales. Entre su producción musical destacan las 28 sinfonías, que convierten a Baguer en el principal representante del sinfonismo catalán. Su destino podría ser las siestas que tenían lugar en la catedral de Barcelona y que daban comienzo con la interpretación de una sinfonía, a la que seguían arias, villancicos u oratorios; o bien podrían tener su origen en las academias que tenían lugar periódicamente en los salones de la nobleza barcelonesa. Doce de las sinfonías de Baguer están basadas en un esquema de cuatro movimientos, según el cual el primero es un Allegro de sonata bitemático, el segundo un movimiento de carácter lento, el tercero un minueto con su correspondiente trío y un final que adopta el esquema de rondó o sonata. Por lo que respecta a la instrumentación, Baguer emplea en todas sus sinfonías una orquesta integrada por la sección de cuerda, dos oboes y dos trompas. Su estilo sinfónico se caracteriza por la esquematización de las combinaciones orquestales, la regularidad en las frases y la ausencia de contrapunto imitativo, rasgos que difieren de los de su producción vocal.

1990 / 232 páginas